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«¿A dónde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá sólo fueron los muertos?».
«Algunas veces se dice que no se le puede confiar al hombre el gobierno de sí mismo. ¿Puede, entonces, confiársele el gobierno de los demás? ¿O hemos encontrado ángeles que asumen la forma de reyes para gobernarlo? Dejemos que la historia conteste esta pregunta».
«Creen que cualquier trozo de poder confiado en mí, será ejercido en oposición a sus confabulaciones. Y creen bien; porque he jurado sobre el altar de Dios hostilidad eterna contra cada forma de tiranía sobre la mente del hombre. Pero esto es todo lo que tienen que temer de mí: y esto basta, también, en su opinión».
Nota: Sobre miembros del clero los cuales trataban de lograr alguna forma de Cristianismo oficial en el gobierno de EE.UU. Carta al Dr. Benjamin Rush, 23 de septiembre de 1800.
«Creo, sinceramente, como tú, que los sistemas bancarios son más peligrosos que los ejércitos».
«Cuando alguien asume un cargo público debe considerarse a sí mismo como propiedad pública».
«Cuando los gobiernos temen a la gente, hay libertad. Cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía».
«Creo que la ley más importante con diferencia de todo nuestro código es la de la difusión del conocimiento entre el pueblo. No se puede idear otro fundamento seguro para conservar lalibertad y la felicidad. [...] Aboga, mi estimado compañero, por una cruzada contra la ignorancia; establece y mejora la ley de educar a la gente común. Informa a nuestros compatriotas [...] de que el impuesto que se pague con el propósito [de educar] no es más que la milésima parte de lo que se tendrá que pagar a los reyes, sacerdotes y nobles que ascenderán al poder si dejamos al pueblo en ignorancia».
Fuente: Carta con fecha del 13 de agosto de 1786 dirigida a su amigo George Wythe.
«Creo que es un gran error considerar cobrar altos impuestos a los vinos como un impuesto al lujo, si lo hiciéramos estaríamos cobrándole impuestos a la salud de nuestros ciudadanos».
«Dios nos libre de pasar 20 años sin una rebelión».
«El árbol de la libertad debe ser vigorizado de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos: es su fertilizante natural».
«El arte de la vida es el arte de evitar el dolor».
«El dinero y no la moral es el principio de las naciones fuertes».
«El hombre que no teme a las verdades, nada debe temer a las mentiras».
«Es más honorable reparar un mal que persistir en él».
Fuente: Carta a los jefes de la nación Cherokee, 1806.[1]
«Estoy a favor de un gobierno que sea vigorosamente frugal y sencillo».
«Indudablemente nadie se ocupa de quien no se ocupa de nadie».
«La democracia no es más que el gobierno de las masas, donde un 51% de la gente puede lanzar por la borda los derechos del otro 49%».
«La fusión de los blancos con negros produce una degradación a la que ningún amante de su país, ningún amante de la excelencia en el carácter humano, puede inocentemente consentir».
«La vida carece de valor si no nos produce satisfacciones. Entre éstas, la más valiosa es la sociedad racional, que ilustra la mente, suaviza el temperamento, alegra el ánimo y promueve la salud».
«Los mejores momentos de mi vida han sido aquellos que he disfrutado en mi hogar, en el seno de mi familia».
«Mi estudio de la historia me convence de que la mayoría de los malos resultados de los gobiernos provienen de tener demasiado gobierno».
«Nadie abandona el cargo de presidente con el mismo prestigio y respeto que le llevó ahí».
«No es posible vivir sin libros».
«No gastes tu dinero antes de ganarlo».
«No hay talento más valioso que el de no usar dos palabras cuando basta una».
«No puede esperarse que los hombres sean trasladados del despotismo a la libertad en un lecho de plumas».
«No se debe ser demasiado severo con los errores del pueblo, sino tratar de eliminarlos por la educación».
«No son la riqueza ni el esplendor, sino la tranquilidad y la ocupación los que dan la felicidad».
«Nunca he podido concebir cómo un ser racional podría perseguir la felicidad ejerciendo el poder sobre otros».
«Quien recibe una idea de mí, recibe instrucción sin disminuir la mía; igual que quien enciende su vela con la mía, recibe luz sin que yo quede a oscuras. [...] Las invenciones no pueden, por naturaleza, ser objeto de propiedad».
Fuente: Carta a Isaac McPherson, 13 de agosto de 1813.[2]
«Si hacemos una buena acción simplemente por amor a Dios y el convencimiento de que ello le complace, ¿de donde proviene la moralidad del ateo?. . . Su virtud, pues, debe haber tenido otro fundamento que el amor de Dios».
«Siempre he dicho, y siempre diré que la lectura cuidadosa y diligente del Libro Sagrado produce mejores ciudadanos [...] La Biblia produce las mejores personas del mundo».
«Tiene derecho a criticar, quien está dispuesto a ayudar».
«Toma las cosas por el lado bueno».
«Un amigo ofendido es el más encarnizado enemigo».
«Un poco de rebelión de vez en cuando es buena cosa».
«Un príncipe cuyo carácter está marcado por todos los actos que definen a un tirano no es apto para ser el gobernador de un pueblo libre».
«Una opinión equivocada puede ser tolerada donde la razón es libre de combatirla».
«Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo».
«Creo, sinceramente, con ustedes, que los establecimientos bancarios son más peligrosos que los ejércitos permanentes y que el principio de gastar dinero para ser pagado por la posteridad, bajo el nombre de la financiación, es sin embargo una estafa futura a gran escala. El sistema de la banca nosotros lo hemos reprobado por igual. Yo lo contemplo como un borrón en todas nuestras constituciones, que, si no se protegen, terminará en su destrucción, ya que ya están siendo golpeadas por los jugadores corruptos, y está arrasando en su progreso, la fortuna y la moral de nuestros ciudadanos.»[3]
Erróneamente atribuídas
«"Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron"».
Esta cita está, claramente, mal atribuída, pues en su versión original en inglés incluye un término como deflación, del que no se habla hasta 1920. La primera aparición de esta cita es de 1935 (Testimonio de Charles C. Mayer,Hearings Before the Committee on Banking and Currency, House of Representatives, Seventy-fourth Congress, First Session, on H.R. 5357, p. 799). En la carta escrita por Thomas Jefferson a John Taylor, de 28 de mayo de 1816, aparece un párrafo ya citado en el que probablemente se base esta cita que mal se le atribuye.
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