La experiencia de montar tu propia empresa es algo parecido a subir una montaña. Vas viendo siempre la cima allí arriba, mientras te lanzas a subir. Luego, a medida que trepas, descubres las condiciones particulares de cada cota. Te das cuenta de que hay obstáculos, muchos de los cuales ni siquiera esperabas tener que sortear. Tienes que pasarlos y te inventas puentes, haces andamios y trenzas cables de paso. Aquí tropiezas; más adelante, te caes; luego te levantas y sigues avanzando una y otra vez. Empiezas a estar en lo alto, te sientes sólo y si miras hacia abajo crees que el sitio es poco seguro. Pasas por momentos muy duros y tienes ganas de volver al refugio al pie de la montaña con los demás. Al final, a pesar de los tropiezos has conseguido crear tu propia empresa. Y el dinero que te llega es un subproducto, algo que te indica que lo estás haciendo bien que tienes patrocinadores. A veces recuerdas que en el camino viste a lo lejos algún comerciante que únicamente quiso vender su propiedad en algún rellano de la cuesta. El kit básico de supervivencia incluye obligatoriamente una buena dosis de inteligencia coloreada de creatividad y bien abrigada de perseverancia.
Leopoldo Fernández Pujals, Fundador de Telepizza: