Fernández Aguado


Pocos negocios se resuelven con un "vini, vidi, forravi.
Más bien sucede que uno llega, ve y se estrella.
Luego, desembarca, mira y tropieza menos.
Y a la tercera, o a la cuarta, o la quinta, halla los caminos oportunos para ganar ese dinero al que aspira"
(p. 24).


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"Prácticamente toda persona que triunfa se ha pasado muchos años esforzándose, sin saber si iba o no a lograrlo. Incluso lo más sencillo tiene detrás más horas de brega de lo que aparenta"(p. 153)

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